¡Conviértete en Zen! Con la pizarra de Buda, puedes practicar el pleno compromiso con el momento, creando algo bello y dejándolo ir al mismo tiempo.
Basta con sumergir las suaves cerdas del pincel de bambú en el recipiente de agua del soporte del set y escribir, pintar o dibujar en la pizarra. Las pinceladas aparecen en negro intenso y tienen un aspecto similar al de la tinta. La imagen se desvanece en cuanto el agua empieza a evaporarse. Dependiendo de la saturación del pincel, de la temperatura ambiente y de la humedad, esto ocurre al cabo de unos segundos. Pueden pasar entre 3 y 10 minutos hasta que la imagen deje de ser visible y vuelva a tener delante una superficie de pintura blanca.
El tablero de Buda es adecuado como ayuda para la meditación, ejercicio de atención plena y para el control del estrés. No sólo el dibujo puede proporcionar relajación. Póngase en paz mirando el dibujo que se desvanece lentamente y regocíjese en el tablero en blanco con la opción de un nuevo comienzo. Los niños a partir de unos 5 años también pueden desconectar al trabajar con la pizarra sin tinta, color ni papel.
¿Te gustaría pintar más extensamente en el tablero de Buda? No hay problema: puedes utilizar cualquier pincel nuevo y limpio para practicar el arte de la caligrafía al agua. Sin embargo, no debe sumergir completamente la superficie de pintura. Asimismo, absténgase de utilizar los dedos para escribir y dibujar, ya que esto transferiría grasa o similares al tablero. Por la misma razón, es aconsejable tocar sólo los bordes del tablero de Buda al transportarlo. La superficie no puede recubrirse, pero con buenos cuidados puede utilizarse durante muchos años sin problemas.